En el verano es aconsejable hacer cambios en la alimentacion y el estilo de vida que minimicen los factores del envejecimiento.

La alimentación actual, el estilo de vida, los excesos y el propio proceso de envejecimiento nos somete a una alta exposición a radicales libres. Con la edad en nuesta células se producen daños que afectan principalmente a las mitocondrias, el lugar donde se produce la energía y por tanto el mas expuesto a la acción de los radicales libres.

Es necesario establecer una dieta con alta proporción de alimentos ricos en antioxidantes y de índice glucémico bajo como frutas y verduras, incluidas algas, proteína de pescado y grasas omega3 , beber agua de calidad, suprimir o disminuir el tabaco y beber alcohol solo en contadas ocasiones.

Es importante hacer uso de la suplementación adecuada que ha de incluir Coenzima Q10 para ayudar a la mitocondria a producir energía y complejos antioxidantes que incluyan componentes como licopeno, selenio, vitamina C, bioflavonoides citricos, resveratrol, té verde, cúrcuma, SOD ( Superoxidodismutasa) y pycongenol para reforzar la barrera antioxidante entre otros

También aumenta la necesidad de suplementar la vitamina D3, A y E.

Tanto la dieta como la suplementación antioxidante nos ayudarán a reparar los daños que sufre nuestro ADN asociado tanto a la edad como al estilo de vida y a reducir la inflamación de manera que tengamos más resistencia a la aparición de dolencias crónicas.

Y despues de los excesos, cuando acabe el verano, realizar una limpieza desintoxicante que deje nuestros filtros como nuevos y prepararnos para la siguiente estación.

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